Escritos cortos

 

TE MIRO DORMIR

Stratford-upon-Avon, 1930

Me encanta verlo dormir...

Desafortunadamente a menudo tenemos horarios diferentes. Cada vez que tiene un show llega muy tarde a casa y no siempre logro esperarlo despierto. Pero lo siento cuando se mete en la cama y me abraza, ¡él sabe que lo siento!

Cuando tengo turno de mañana en el hospital me levanto temprano y lo dejo dormir. Me visto intentando no hacer ruido y antes de salir me detengo a mirarlo. Tiene una expresión tan pacífica. Cuando nos volvimos a encontrar tenía una arruga entre los ojos que había desaparecido casi por completo. Su mirada ahora parece más relajada.

Un día me dijo que cada vez que lo beso un pedazo de su corazón vuelve a su lugar. Sólo quiero que sea feliz. Nunca habla del pasado, pero sé cuánto sufrió en los años oscuros de nuestra separación. Ojalá pudiera borrar cada sombra de su rostro. Sé que todavía siente el peso de estar vivo en lugar de otra persona, pero haré todo lo posible para hacerle entender que es digno de esta vida que le ha sido dada.

Es el hombre más dulce y sensible que he conocido, ¡pero también es el único que puede hacerme enojar en un instante! Después de años sigue llamándome Pecos, Tarzán no, no lo dejaré, ¡al menos delante de los niños!

Tenemos dos hijos, Terence Junior y Noah, estamos intentando tener el tercero. Realmente desearía que esta vez fuera una niña. Es un padre encantador, pero también muy estricto, dice que lo heredó de los Granchester.

¡Tengo que irme ahora o llegaré tarde! Lo miro por un momento más y no puedo resistirme... Toco sus labios con un ligero beso y luego me dirijo hacia la puerta.

- Candy... - me llama, con voz adormilada y los ojos cerrados. Me tiende una mano, vuelvo y la estrecho, él sonríe.

- Duerme, aún es temprano - le digo.

- Te estoy esperando – me susurra mientras besa mi mano.

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